LA HOMOSEXUALIDAD ES UNA ENFERMEDAD FUE RETIRADA DEL CATÁLOGO DE TRASTORNOS MENTALES, SIN NINGÚN ES

jueves, 29 de marzo de 2018

EL SANTO TRIDUO PASCUAL Y LA INDULGENCIA PLENARIA





Padecemos juntamente con Él para ser también
Juntamente glorificados (Rom.8.17)



Semana Santa = Pascua= paso, el paso de Nuestro Señor de la muerte a la vida, resurrección. En Tres días= Triduo Pascual, Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Gloria., y continuamos con inmenso gozo a lo largo de los 50 días siguientes a partir del domingo de Gloria Resurrección de Nuestro Señor, que llamamos tiempo pascual y que finaliza el Domingo  de Pentecostés, Domingo de Pentecostés Día en que nació Nuestra Santa Iglesia Católica, con la venida del Espíritu Santo en este Domingo si nos preparamos recibimos los Dones del Espíritu Santo.





El triduo pascual (Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Gloria de Resurrección) es el período más importante de cuaresma, porque nos recuerda y nos hace presente los grandes misterios de nuestra fe cristiana.

A la cuaresma se le llama sacramento porque es un signo exterior de una realidad interior; es el cambio de actitud para renunciar al pecado y aceptar la gracia de Dios.


   Es el paso de las sombras en que vivíamos a la luz de la gracia y amor a Dios.

   
Las prácticas exteriores son expresión de nuestra actitud interior, de la acción de Dios en nuestro interior.

No es de tiempos pasados es una experiencia espiritual vivida en la participación del misterio Pascual., De ahí su carácter sacramental.

El viernes santo es día de ayuno y abstinencia. Téngase como Sagrado el Ayuno Pascual.

La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años.
El ayuno consiste en comer solo pan y agua y la abstinencia es no comer carne.

(Explicación sobre el ayuno  al  final)




Durante la Semana Santa podemos ganar para nosotros o para los difuntos el don de la Indulgencia Plenaria si realizamos algunas de las siguientes obras establecidas por la Santa Sede.


Obras que gozan del don de la Indulgencia Plenaria en Semana Santa:



Jueves Santo

1. Si durante la solemne reserva del Santísimo Sacramento, que sigue a la Misa de la Cena del
Señor, recitamos o cantamos el himno eucarístico del "Tantum Ergo" ("Adorad Postrados").

Oración de Santo Tomás de Aquino: el Tantum Ergo, es una oración al sacramento de la Eucaristía, entre el Antiguo rito (el Antiguo Testamento) y el Nuevo.

Tantum ergo:

Tantum ergo sacramentum
Veneremur cernui:
Et antiquum documentum
Novo cedat ritui:
Praestet fides supplementum
Sensuum defectui.
Genitori, genitoque
Laus et iubilatio,
Salus, honor virtus quoque
Sit et benedictio:
Procedenti ab utroque
Compar sit laudatio
Amén.

TRADUCCIÓN:

Tantum ergo

A tán sublime Sacramento
Adoremos  recogidos
Que los ritos ya pasados
Den al nuevo su lugar
Que la fé supla
La incapacidad de los sentidos
Bendición y gloria eterna
A Dios Padre creador,
Al Santo Hijo Jesucristo,
Y al Santo Espíritu de Amor,
Que de uno y de otro procede
Demos siempre igual gloria,
Alabanza y honor.
Como era en el principio ahora y siempre
y por los siglos de los siglos. Amen.








Tantum ergo, himno compuesto por Santo Tomás de Aquino en el año 1264, a petición del Papa Urbano IV para celebrar la institución de la Solemnidad de Corpus Christi. También para esta fiesta el mismo Papa pidió a Santo Tomás de Aquino que compusiera el Oficio Litúrgico propio. Tantum ergo es parte del himno Pange Lingua, compone las últimas dos de seis estrofas.

Santo Tomás expresa cómo solo a través de la luz de la fe, es que todos nuestros sentidos se pueden postrar ante la Eucaristía. Juan Pablo II, en la homilía del Jueves Santo del 2001 comenta: «En la Eucaristía se ofrecen la salvación y el amor a toda la humanidad. No podemos por menos de quedar fascinados por este misterio.

Otros bellos himnos compuestos por Santo Tomás para honrar a Nuestro Señor en la Eucaristía: «Lauda Sion» (secuencia que se hace en la Misa); «Verbum Supernum» (que incluye «O Salutaris Hostia»)



2. Si visitamos por espacio de media hora el Santísimo Sacramento reservado en el Monumento para adorarlo.



Viernes Santo

3. Si el Viernes Santo asistimos piadosamente a la Adoración de la Cruz en la solemne celebración de la Pasión del Señor.



Sábado Santo

4. Si rezamos juntos el rezo del Santo Rosario.



Vigilia Pascual

5. Si asistimos a la celebración de la Vigilia Pascual (Sábado Santo por la noche) y en ella renovamos las promesas de nuestro Santo Bautismo.


Oración para renovar las promesas de nuestro bautismo:


ORACIÓN A CRISTO REY

 Enriquecida con indulgencia plenaria
 (Pío XI, 21 de febrero de 1923).


Oh Cristo Jesús, yo os reconozco
Por Rey universal.
 Todo cuanto existe ha sido creado para ti. Ejerced sobre mí todos vuestros derechos.
Renuevo las promesas del bautismo renunciando a Satanás, a sus obras y a sus pompas, y prometo vivir como buen cristiano. Sobre todo me comprometo a hacer triunfar, según mis fuerzas,
los derechos de Dios y de tu Iglesia.
Divino corazón de Jesús, yo os ofrezco mis pobres acciones para obtener que todos los corazones reconozcan tu Realeza Sagrada a fin de que el universo de tu paz se establezca en el universo entero. Así sea.




 (Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria a intención del Sumo Pontífice Benedicto XVI)



Condiciones:

Para ganar la Indulgencia Plenaria además de haber realizado la obra enriquecida se requiere el cumplimiento de las siguientes condiciones:

a. Exclusión de todo afecto hacia cualquier pecado, incluso venial.

b. Confesión sacramental, Comunión eucarística y Oración por las intenciones del Sumo Pontífice. Estas tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra enriquecida con la Indulgencia Plenaria; pero conviene que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día en que se cumple la obra.

Es oportuno señalar que con una sola confesión sacramental pueden ganarse varias indulgencias. Conviene, no obstante, que se reciba frecuentemente la gracia del sacramento de la Penitencia, para ahondar en la conversión y en la pureza de corazón. En cambio, con una sola comunión eucarística y una sola oración por las intenciones del Santo Padre sólo se gana una Indulgencia Plenaria.


La condición de orar por las intenciones del Sumo Pontífice se cumple si se reza a su intención un solo Padrenuestro y Avemaría; pero se concede a cada fiel cristiano la facultad de rezar cualquier otra fórmula, según su piedad y devoción.




Las Nueve Oraciones De San Gregorio Magno



En reverencia de la sagrada pasión y muerte de nuestro señor Jesucristo el papa Inocencio VIII, concedió a los que rezaren las nueve oraciones siguientes de san Gregorio, las siguientes indulgencias:

+ Cada día:  14.185.149 años de indulgencia.
+ En viernes el doble.
+ En viernes santo: 8 indulgencias plenarias.

       + Y los que no saben leer, o muy enfermos, pueden rezar 20 padrenuestros y 20 avemarías frente a la imagen del santo, y ganan lo mismo.

+ Los que dijesen 7 padrenuestros y 7 avemarías frente a la imagen del santo 50.000 años de indulgencias y el viernes santo, indulgencia plenaria.

 (hagamos este obsequio a las  benditas almas del purgatorio)


PRIMERA ORACIÓN
Señor mío Jesucristo, te adoro colgado de la Santa Cruz, coronada de espinas tu Cabeza. Te ruego que Tu Santísima Cruz me libre del ángel malo. Amén Jesús.
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.


SEGUNDA ORACIÓN
Oh Señor mío Jesucristo, te adoro en la Cruz herido y llagado, bebiendo hiel y vinagre.         
 Te ruego que la lanza de Tu Santísimo Costado sea remedio para mi alma. Amén Jesús.
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.



TERCERA ORACIÓN
Oh Señor mío Jesucristo, por aquella amargura, que por mí, miserable pecador, sufriste en la Cruz, principalmente en aquella hora, cuando tu Alma santísima salió de tu bendito cuerpo , te ruego Señor, que tengas misericordia de mi alma cuando salga de esta vida mortal; la perdoneis y la encamineis a la Vida  Eterna. Amén Jesús.
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.



CUARTA ORACIÓN
Oh Señor mío Jesucristo, yo te adoro depositado en el Santo Sepulcro, ungido con mirra y ungüentos  fragantes. Te ruego Señor, que tu muerte sea remedio para mi alma.   Amén Jesús.
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.


QUINTA ORACIÓN
Oh Señor mío Jesucristo, yo te adoro y considerando aquel tiempo cuando descendiste a los infiernos y de allí sacaste y pusiste en libertad en los cielos a los que allí estaban cautivos, te ruego Señor que tengas misericordia de mi.  Amén Jesús.
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.


SEXTA ORACIÓN
Oh Señor mío Jesucristo, que estás sentado a la derecha del Padre Eterno, yo te adoro por tu santa resurrección de entre los muertos y Ascensión a los Cielos. Te ruego Señor que yo te pueda seguir y mi alma pueda ser presentada delante de la Santísima Trinidad. Amén Jesús.
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.


SÉPTIMA ORACIÓN
Oh Señor mío Jesucristo, Pastor bueno, conserva y guarda a los justos,  justifica y perdona  a los pecadores, ten misericordia de todos los fieles y acuérdate de mí, triste y miserable pecador. Amén Jesús.
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.


OCTAVA ORACIÓN
Oh Señor mío Jesucristo, yo te adoro y contemplando que el día del Juicio vendrás a juzgar a los vivos y a los muertos y a los buenos darás gloria y a los malos condenación eterna.                     Te ruego Señor, por tu Santa Pasión, nos libres de las penas del Infierno, nos perdones y nos lleves a la Vida Eterna.  Amén Jesús.
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.



NOVENA ORACIÓN
Oh amantísimo Padre, yo te ofrezco la inocente muerte de Tu Hijo y el amor tan firme de Su Corazón por toda la culpa y pena que yo miserable pecador merezco, y todos los pecadores:
Por aquellos enormes y gravísimos pecados míos  y por todos mis prójimos y amigos vivos y difuntosTe ruego tengas misericordia de nosotros. Amén Jesús
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.



OFRECIMIENTO
Estas oraciones las ofrezco a los méritos de la Pasión y muerte de nuestro Redentor Jesucristo, A quien pido y suplico me las reciba en descuento y satisfacción de mis culpas y pecados confirmándome lo que San Gregorio y otros Pontífices han concedido a quienes la rezaren delante de su imagen o la llevasen consigo y es mi voluntad que Dios nuestro Amado Señor aplique lo que le pareciese ser bastante para sacar del Purgatorio el alma que allí estuviese y que fuese más de mi obligación,  gloria suya y de la Santísima Virgen María, a quien pido y suplico sea mi abogada con su Divina Majestad.
 Amén Jesús.



TRIDUO PASCUAL


 
El Triduo Pascual es el periodo de tiempo en el que la liturgia cristiana y católica conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, y constituye el momento central de la Semana Santa y del año litúrgico.
 En la liturgia católica, comprende desde la tarde del Jueves Santo, cuando concluye la Cuaresma, hasta la madrugada del Domingo de Pascua, en que empieza el tiempo pascual, y tiene los siguientes momentos destacados:

* Jueves Santo, desde la Misa de la Cena, en la que se recuerdan la Última cena de Jesús,  la institución de la Eucaristía y del Orden Sacerdotal, y el mandamiento del amor.

* Viernes Santo, día de meditación sobre la pasión de Jesús, con la Celebración de la Pasión, que no incluye la Eucaristía.


* Sábado Santo, sin celebraciones litúrgicas en recuerdo de la muerte de Jesús, hasta la celebración de la Vigilia Pascual ya por la noche o madrugada del domingo, en la que se conmemora con solemnidad la resurrección de Jesús, y que es el acto litúrgico católico más destacado.



Ayuno




 Tú oh Dios,
Con el ayuno corporal refrenas nuestras pasiones,
Elevas nuestro Espíritu, nos das fuerza
 Y recompensa por Cristo Nuestro Señor.


Renunciar al pan humano nos recuerda que el Pan de Vida es Cristo y su palabra., Debemos comprender que no se vive para comer y beber.

El hombre por ser imagen y semejanza de Dios, tiene hambre y sed de Vida Eterna.

 Ayunando expresamos que los valores materiales no son absolutos.

Es una respuesta a una sociedad consumista que nos invita a apropiarnos de las cosas y no darles un uso correcto.

El ayuno nos hace más libres,
Es signo del dominio sobre nosotros mismos,
sin caer en orgullo y soberbia.

Las obras penitenciales son el signo de la participación en el ministerio de Cristo, que hizo penitencia por nosotros, ayunando en el desierto.

María Santísima en Medjugorge:

"Hoy satanas es más fuerte que nunca"

La virgen dijo a Ivanka:

"Queridos hijos, les pido que venzan a satanas"

"Las armas para vencer a satanas son el ayuno y la oración".

"Queridos hijos sólo con la oración y el ayuno
la guerra puede ser detenida"

"La oración es el único medio que conduce a la paz; si ustedes oran y ayunan conseguirán todo cuanto pidan"

"Estaré aún más contenta  si  ustedes renuncian
Al pecado que vive en ustedes"

"Queridos hijos el mejor ayuno es a pan y agua"

 


Es normal  que los enfermos no ayunen; sin embargo, ya se sabe que el ayuno cura ciertas enfermedades.


En el ayuno el ejemplo principal es el de Jesucristo, quién preparó su ministerio público retirándose al desierto para orar y ayunar por cuarenta días (sin pan ni agua, sin comer nada) (Lucas 4 y Mateo 4).


la crítica de Jesús al ayuno de los fariseos se fundamenta en la falta de sinceridad con que lo hacían y no en el ayuno en sí mismo.  El ayuno auténtico debe siempre estar unido a la conversión, la sinceridad y la conducta moral.

Jesucristo y maría santísima ayunaron, todos los santos también.


Sobre lo que se ha escuchado últimamente que en vez de ayunar  de comida, se debe ayunar de la lengua (de criticar a los  demás) …

Nos preguntamos ¿para qué creen que es el ayuno de alimentos?

Si no somos capaces de abstenernos de algunos alimentos unas cuantas veces, ¿cómo seremos capaces de dejar de criticar a los demás?

el ayuno de alimentos  es precisamente para eso, para  dominar nuestras pasiones y someterlas.

 

Ante decisiones y actos importantes:

Moisés está cuarenta días y cuarenta noches, si comer pan, ni beber agua. Y escribió las nuevas tablas de la ley. Éxodo 34,28


Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.» Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron. (Hechos 13, 2-3)

En la batalla contra el demonio:

"esta clase de demonio solo puede ser expulsado por la oración y el ayuno"  Mc 9, 29.


“Amigo mío, el demonio no hace mucho caso de la disciplina y de otros instrumentos de penitencia. Lo que le pone en bancarrota son las privaciones en el comer, beber y dormir. Nada teme tanto como esto, y por lo mismo nada es tan agradable a Dios.

¡Oh! ¡Cómo he tenido ocasión de experimentarlo! Cuando estaba solo, y lo estuve por espacio de ocho o nueve años, como podía entregarme sin medida a mis aficiones, llegaba a pasar días enteros sin comer… Entonces conseguía de Dios cuanto quería para mí y para los otros.” (San Juan María Vianney, el Santo cura de Ars)



"los atletas se privan de todo y eso por una corona corruptible, nosotros, en cambio, por una incorruptible." 1 Cor 9, 25.






SANTA EUFRASIA, VIRGEN Y EL AYUNO


Esta santa despreció un brillante casamiento que el emperador le ofrecía, para consagrarse a Jesús en el claustro. Comía sólo una vez al día, y con frecuencia permanecía toda una semana sin tomar ningún alimento. Pidió a Dios que con un año de anticipación le hiciese conocer el día de su muerte; pero Dios, que la veía presta en todo tiempo, le advirtió sólo quince días antes de llevarla al cielo.


I. La vida de Santa Eufrasia, llamada también Eufrosina, fue un ayuno perpetuo y riguroso. Jesucristo y todos los santos han ayunado; debes imitarlos en la medida en que tus fuerzas lo permitan, a fin de expiar, mediante esta mortificación, tu sensualidad en el beber y en el comer.


¿Eres más delicado que un niño de siete años? A esta edad, la santa comenzó su penitencia. No son las fuerzas corporales sino la buena voluntad y el valor los que te faltan.


II. Debes ayunar para impedir que la carne se rebele contra el espíritu; la virtud se fortifica a medida que el cuerpo se debilita. Tu mayor enemigo es tu cuerpo; no podrías tratarlo tan duramente como se merece.


Si los santos, después de haber castigado sus cuerpos por medio del ayuno, la disciplina y el cilicio, experimentaron sin embargo las rebeliones de la carne, ¿qué será de ti que la tratas con tanta molicie?

 


III. Si tu salud no te permite ayunar, puedes, por lo menos, mortificar tus ojos y tu lengua; ello contribuirá grandemente a tu santificación, sin dañar en nada tu salud.


¡Cosa extraña! ¡Los santos que son inocentes, hacen crueles penitencias, y nosotros que somos pecadores, no queremos hacerlas!

Que los enfermos busquen los remedios que emplean los sanos, y que viendo a los santos llorar sobre sus imperfecciones, lloren los pecadores sobre sus crímenes. (San Eusebio).


Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.




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