REVELACIÓN DEL INFIERNO

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JUNTO A JESÚS FUE AL INFIERNO

LA HOMOSEXUALIDAD ES UNA ENFERMEDAD FUE RETIRADA DEL CATÁLOGO DE TRASTORNOS MENTALES, SIN NINGÚN ES

miércoles, 1 de mayo de 2019

1 DE MAYO – SAN JOSÉ OBRERO, «PATRONO CONTRA EL COMUNISMO» REVELACIÓNES SOBRE SAN JOSÉ





AQUELLOS QUE DEFIENDEN Y PROPAGAN LA IDEOLOGÍA MATERIALISTA Y ANTICRISTIANA DE LOS COMUNISTAS INCURREN, ' ' IPSO FACTO", COMO APÓSTATAS DE LA FE CATÓLICA, EN LA EXCOMUNIÓN RESERVADA ESPECIALMENTE A LA SANTA SEDE





“El 1 de mayo la Iglesia celebra la Fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores,. Esta celebración litúrgica fue instituida en 1955 por el Siervo de Dios, Papa Pío XII, ante un grupo de obreros reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano".





SAN JOSÉ 
Patrono de la Iglesia Católica; contra el comunismo; trabajadores; carpinteros; artesanos; personas en trance de muerte; familia; padres de familia; mujeres embarazadas; matrimonios; niños por nacer; tesoreros; emigrantes e inmigrantes; viajeros; ingenieros; justicia social; quienes luchan contra el comunismo. Se lo invoca cuando se quiere comprar o vender una propiedad; en los momentos de duda; para pedir, por su intercesión, una buena y santa muerte.



EL MÁS GRANDE DE LOS SANTOS

La doctrina católica enseña que después de la Santísima Virgen María San José es el mayor de los santos. San Bernardino de Siena afirma que el humilde carpintero de Nazaret sobresale en gracia y en bienaventuranza por encima de los patriarcas, de los profetas, de San Juan el Bautista, de San Pedro, de San Pablo, de todos los Apóstoles, mártires, santos y doctores de la Iglesia.





SAN JOSÉ OBRERO «PATRONO CONTRA EL COMUNISMO»


"De la Revolución Francesa se derivaron infinitos males para la Iglesia. Un siglo después, en 1889, el Papa León XIII publicaba la Quamquam pluries, justo después de que II Internacional proclamara el 1º de mayo como fiesta revolucionaria del trabajo. El marxismo internacional produjo luego la fundación de la III Internacional que consagró la hegemonía del Partido Comunista, que tantos males traería al mundo.



El siglo veinte vio el surgimiento de ideologías ateas y totalitarias como el comunismo y el socialismo, enemigas de la Iglesia y del obrero cristiano.



 Sabiendo muy bien la amenaza de estos males los Papas consideraron oportuno advertir a los fieles y confiarlos al cuidado de San José.




El socialismo, fue condenado por Su Santidad el papa León XIII, en la encíclica Quod Apostolici Muneris, pues sus principios son: 

1. Negación de Dios y de la Iglesia, 

2. Supresión de toda autoridad,

 3. Igualdad absoluta de todos los hombres en la esfera jurídica y en el plano político, 


4. Disolubilidad del vínculo matrimonial y por consiguiente disolución de la familia,

 5. Abolición del derecho a la propiedad, 


6. Acción política demagógica sostenida por una propaganda revolucionaria.



En el Motu Proprio, Bonum sane et salutare, el Papa Benedicto XV, el 25 de julio de 1920, advirtió a los fieles respecto del socialismo y el gobierno mundial, al tiempo que los confiaba al cuidado de San José:

«Por lo tanto, hemos de deplorar mucho más que antes que las costumbres sean más libres y depravadas y que, por la misma razón, se agrave cada día más la que llaman causa social, de modo que debemos temer males de gravedad extrema… Pues, en los deseos y la expectativa de cualquier desvergonzado se presenta como inminente la aparición de cierta República Universal… y en la cual no habría diferencia alguna de nacionalidades ni se acataría la autoridad de los padres sobre los hijos, ni la del poder público sobre los ciudadanos, ni la de Dios sobre los hombres unidos en sociedad… Si esto se llevara a cabo no podría menos de haber una secuela de horrores espantosos; hoy día ya existe esto en una no exigua parte de Europa que los experimenta y siente. Ya vemos que se pretende producir esa misma situación en los demás pueblos; y que, por eso, ya existen aquí y allá grandes turbas revolucionarias porque las excitan el furor y la audacia de unos pocos… Por la misma razón, para retener en su deber a todos los hombres que se ganan el sustento por sus fuerzas y su trabajo donde quiera vivan, y conservarlos inmunes del contagio del socialismo que es el enemigo más acérrimo de la sabiduría cristiana, ante todo les proponemos fervorosamente a San José para que lo elijan como guía particular de su vida y lo veneren como patrono».



Su sucesor el Papa Pío XI, viendo la creciente amenaza en contra de la Iglesia, de la pestilente secta comunista, decidió confiar de manera explícita a San José la causa contra el comunismo:

«Para acelerar la paz de Cristo en el reino de Cristo, por todos tan deseada, ponemos la actividad de la Iglesia católica contra el comunismo ateo bajo la égida del poderoso Patrono de la Iglesia, San José.
San José perteneció a la clase obrera y experimentó personalmente el peso de la pobreza en sí mismo y en la Sagrada Familia, de la que era padre solícito y abnegado; a San José fue confiado el Infante divino cuando Herodes envió a sus sicarios para matarlo. Cumpliendo con toda fidelidad los deberes diarios de su profesión, ha dejado un ejemplo de vida a todos los que tienen que ganarse el pan con el trabajo de sus manos, y, después de merecer el calificativo de justo (2Pe 3,13; cf. Is 65,17; Ap 2,1), ha quedado como ejemplo viviente de la justicia cristiana, que debe regular la vida social de los hombres».



Fue el Papa Pío XII, quien estableció que la fiesta de San José Obrero se celebre anualmente en la Iglesia Universal el 1 de mayo, fecha elegida específicamente para contrarrestar el feriado predominantemente socialista y comunista, conocido como «Día internacional de los trabajadores» o «Primero de Mayo».
En su discurso a los trabajadores italianos el Papa Pío XII, el 1° de mayo de 1955 dijo a los trabajadores: si quieres estar cerca de Cristo, te repito “Ite ad Ioseph”: ¡Ve a José!



«El Cristianismo se funda en el amor, el marxismo parte del odio, de la lucha de clases, cree en el inmisericorde aniquilamiento de los adversarios. El Cristianismo es un llamado a todos los hombres, el marxismo convoca sólo a los proletarios, a los explotados. Uno cree en la Redención, el otro en la revolución».
El comunismo encierra un falso ideal de aparente redención. La lucha de clases es uno de sus fundamentos. La difusión del comunismo se explica por las deslumbradoras promesas que hacen a los incautos y a los ignorantes, apoyándose en las injusticias del régimen económico liberal, así, vemos hoy en tantas partes del mundo la difusión de los errores del comunismo. El marxismo cultural. Y como avizoraría proféticamente Don Plinio Correa de Oliveira, la revolución en su IV etapa: el comunismo tribal, incluso dentro de la Iglesia Católica con la «teología de la liberación» y múltiples herejías.
No cabe duda de que el patrocinio de San José Obrero, es de inusitada urgencia".









LA ÚNICA FUERZA CAPAZ DE ENFRENTAR AL COMUNISMO ES EL CRISTIANISMO

"LOS COMUNISTAS DEBEN SER EXCOMULGADOS"
S.S. Papa Pío XI, 

LA SANTA IGLESIA CATÓLICA CONDENA EL MARXISMO Y EL COMUNISMO 

"Procurad venerables hermanos, que los fieles no se dejen engañar.

ÉL COMUNISMO ES INTRINSICÀMENTE PERVERSO

Y no se puede admitir que colaboren con el en ningún terreno, quienes deseen salvar la civilización cristiana"

S.S. Papa Pío XI, 
Encíclica "Divini Redemptoris",  19/03/1937.

LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN NO ES OTRA COSA QUE EL COMUNISMO.

Actualmente el comunismo en el mundo se disfraza de feminismo e  ideología de género, y dentro de la iglesia se encuentra disfrazado de Teología de la liberación, modernismo y falso ecumenismo= unión de todas las religiones, 

El comunismo desde su surgimiento fue condenado por la Santa Iglesia católica que consideró que la mayoría de sus principios son contrarios e incluso contradictorios con su ideología política.

 Los aspectos del comunismo más preocupantes:

El materialismo,  el ateísmo y la abolición dela propiedad privada.

 A fines de los cincuenta y principios de los sesenta la jerarquía católica mexicana promovió una campaña anticomunista de alcance nacional.

 Fue durante esa campaña que la Iglesia dio muestras de una fuerza y una coherencia pocas veces vistas; 

Todos los miembros de la Iglesia, laicos o no, actuaron como un solo cuerpo. 

Los principios cristianos exigen respeto por la propiedad privada, condenan el robo y la envidia.

LA ÚNICA FUERZA CAPAZ DE ENFRENTAR AL COMUNISMO ES EL CRISTIANISMO y la conveniencia  de que los pueblos cristianos se apoyen mutuamente para defenderse del 
peligro que aquél significa.

Se ha publicado la condenación categórica del comunismo por la Iglesia, en razón de su carácter materialista y anticristiano. 

El texto del decreto del Santo Oficio es el siguiente: 

" La Suprema y Sagrada Congregación del Santo Oficio decreta: 

Se ha preguntado a esta Suprema y Sagrada Congregación del Santo Oficio: 

1) Si es legítimo afiliarse al Partido Comunista o prestarle apoyo:
 
2) Si es legítimo publicar, leer o diseminar libros, diarios, periódicos o  panfletos en apoyo de la doctrina comunista y trabajar o publicar en 
ellos cualesquiera artículos;

 3) Si los católicos que, a sabiendas o libremente, incurren en las acciones especifícalas en los párrafos 1) y 2) pueden recibir los sacramentos;

 4) Si los católicos que profesan y espegen meridianamente de la exposición de la doctrina por los mismos fautores del comunismo.
💦

AQUELLOS QUE DEFIENDEN Y PROPAGAN LA DOCTRINA (IDEOLOGÍA) MATERIALISTA 
Y ANTICRISTIANA DE LOS COMUNISTAS INCURREN, ' ' IPSO FACTO", COMO APÓSTATAS DE LA FE CATÓLICA, EN LA EXCOMUNIÓN RESERVADA ESPECIALMENTE A LA SANTA SEDE. 

Los eminentísimos y reverendísimos padres, encargados de la defensa de los asuntos relativos a la fe y la moral, después de oir previamente el voto de los consultores, y en una sesión plenaria celebrada el martes vigésimo octavo día de junio de 1949, resolvieron que las preguntas antes mencionadas deben ser respondidas como sigue: 

A la 1), negativamente, puesto que el comunismo es materialista y anticristiano. Además, los dirigentes comunistas, aunque afirman a veces verbalmente que no son contrarios a la religión, se muestran, sin embargo, tanto en la doctrina como en la acción, en realidad como enemigos de Dios, de la verdadera religión y de la Iglesia de Cristo.

 A la 2), negativamente, considerando que ello está prohibido por la ley misma (CF. Can. 1399 C. J. C.).

A la 3), negativamente, de acuerdo con los principios comunes que determinan que los sacramentos sean negados a aquellos que no reúnan los requisitos adecuados. 

A la 4), afirmativamente. 

" Y , el jueves siguiente, el trigésimo día del mismo mes y año, su santidad, el Papa Pío XII, al ser informado de la decisión en la audiencia usual concedida a su excelencia el reverendísimo asesor del Santo Oficio, aprobó la decisión de los eminentísimos cardenales que le había sido presentada y ordenó que ella fuera promulgada en el "Acta Apostolicae Sedis".

(Anales de la Sede Apostólica), que es el boletín oficial del Santo Oficio. 
Roma, 1 de julio de 1949. (Firmado): Pietro Vigorita, notario de la Suprema y Sagrada Congregación del Santo Oficio".

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 La Santa Iglesia ordena la excomunión "Ipso facto" como apóstatas de la fé católica a cualquiera que procure,  participe, o apoye un aborto, para aquellos que defienden y propagan la ideología materialista y anticristiana de los comunistas

LATAE SENTENTIAE, es decir, automáticamente
En la excomunion reservada especialmente a la Santa Sede.

Esto es, se obliga al reo a convertirse él mismo en juez propio, y juzgar que ha incurrido en el tipo penal. El derecho canónico prevé que este modo de imponer la sanción penal sea excepcional, para los delitos más graves.

El delincuente así se ha excomulgado de su fe, su doctrina y los sacramentos. Y para reconciliarse con la Iglesia, ha de arrepentirse realmente, confesar y ser absuelto por el obispo quien podría poner como penitencia resarcir en igual proporción ante el mal cometido.









TENIENDO, PUES, QUE COMER, Y CON QUE CUBRIRNOS, CONTENTEMOS CON ESTO. 
(1 Timoteo 6,8 )




San José fue esposo legal de María y padre nutricio de Jesús. Bastan estas dos palabras para su elogio.

La gran humildad de que dio pruebas ejerciendo el oficio de carpintero, la solicitud con que rodeó la infancia del Salvador, su respeto para con la Madre de Dios, lo hicieron digno de morir en los brazos de Jesús y de María.

¡Oh dulce muerte! ¿Quieres tú morir como él? Imita sus virtudes e invoca su protección.