REVELACIÓN DEL INFIERNO

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miércoles, 14 de noviembre de 2018

"EL HIJO PROTEGIÓ A LA MADRE" 14 DE NOVIEMBRE, DÍA EN QUE SE COMETIÓ EL ATENTADO CONTRA LA VIRGEN DE GUADALUPE








ATENTADO 
CONTRA LA PATRONA DE MÉXICO



En un día como hoy hace 97 años el 14 de noviembre de 1921,  la antigua Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe sufría un atentado, en el que un hombre colocó un cartucho de dinamita marca Hércules -común en la minería-, escondido en un arreglo floral, que sin remordimiento puso a los pies de Santa María de Guadalupe, con el firme propósito de destruir la imagen sagrada.


De un grupo de obreros que se encontraban dentro de la Basílica, se adelantó un individuo pelirrojo, vestido con un overol azul nuevo, a colocar rápidamente un ramo de flores ante la imagen original de Nuestra Señora de Guadalupe.


Caminó hacia la imagen de la Virgen de Guadalupe, colocó las flores debajo de ella y se alejó con rapidez., Bajó y un momento después se produjo una tremenda explosión, que sacudió los muros de la Basílica: había estallado una bomba a los pies mismos de la imagen milagrosa.





La basilica bailo; los vitrales se destruyeron, los pesados candelabros de latón volaron, el Mármol del Altar se quebró y un pesado Crucifijo se dobló..  La explosión se sintió 10 cuadras a la redonda, causando  graves daños.


El humo cubrió el altar.. La gente mirando hacia la Virgen se dio cuenta del milagro, ni el Ayate de  Juan Diego, ni el vidrio que le protegía sufrieron daño alguno.




Luego del primer momento de estupor, los fieles reaccionaron y se dirigieron hacia el grupo de obreros, dispuestos a linchar al culpable. Entonces llegó el presidente municipal de la Villa, quien en esos momentos recibió una llamada telefónica del entonces Presidente de la República, Gral. Álvaro Obregón, quien le encargó “dé usted pido garantías al preso que acaban de detener. Yo mando por él”.



JUAN M. ESPONDA DINAMITERO RESPONSABLE DEL ATENTADO CONTRA NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE



 El presidente le había ordenado evitar que lastimaran a quien había Cometido el acto que vulneraba a la sagrada imagen de la virgen del ayate.
 El pelirrojo fue llevado a las oficinas municipales, custodiado por la policía para evitar que los católicos se le fueran encima. El pelirrojo fue trasladado por un camión militar.



PRESIDENTE ALVARO OBREGÓN


Tiempo después se supo que detrás de éste desafortunado hecho estaba el nombre de Álvaro Obregón, entonces Presidente de la República y el dinamitero respondía al nombre de Juan M. Esponda, empleado de la Secretaría Particular de la Presidencia.

Se supo, también, que los obreros que habían protegido en el primer momento al sacrílego dinamitero no eran sino soldados disfrazados. Se supo en fin, que el presidente Obregón había preguntando repetidas veces a los empleados de su Secretaría Particular si no habría algún valiente que se animara a destruir la imagen guadalupana. El P. Jesús García Gutiérrez consigna también que hubo varias personas que oyeron decir a Obregón en un discurso -la primera vez que vino a México-, que no descansaría hasta limpiar a su caballo con el ayate de Juan Diego.









"EL HIJO PROTEGIÓ A LA MADRE"

SANTO CRISTO DEL ATENTADO. BASÍLICA DE GUADALUPE (MÉXICO).



Foto: crucifijo con su base  doblado por la explosión.



En tiempos del más grave jacobinismo oficial en México se realizó este atentado con el sacrílego propósito de destruir la imagen de Santa María de Guadalupe milagrosamente impresa en la tilma de Juan Diego. Este Cristo se dobló y recibió el impacto de la detonación, protegiendo así la venerada imagen de su Madre. Tras la explosión, el altar de mármol, los pesados candelabros de bronce y plata y todo en un radio de 10 metros fue destruido y lanzado por los aires; sin embargo el milagroso lienzo de la Virgen de Guadalupe permaneció imbatido y ni siquiera sufrió daños el cristal que lo protegía.


Los fieles mexicanos le tienen mucha devoción a esta imagen de Cristo. Puede visitarse en el interior de la Basílica de Guadalupe en la capital mexicana.


El crucifijo que la protegió y recibió el impacto de la explosión se le conoce como el “Santo Cristo del Atentado”, como resultado de la explosión el crucifijo quedó retorcido.

La imagen se conserva hoy en la parte posterior de la Basílica de Guadalupe, junto a la historia y la foto que se tomó tras el atentado con una inscripción adjunta que indica: "El Hijo protegió a la Madre".


La antigua basílica de Guadalupe, se encuentra a un costado de la actual.
Ahí se encuentra el Cristo del Atentado, que sufrió una deformación y que es visitado por miles de personas al año.




Detrás del acto de terrorismo contra la Reina de México estaban los enemigos de la Iglesia; el liberalismo y la masonería. El atentado fue pensado y solicitado por el presidente Álvaro Obregón. En su obra Civilismo y militarismo en la revolución, 1958, Rosendo Salazar también involucra en el atentado a la C.R.O.M, y con ella a su bolchevique líder Luis N. Morones.


La indignación del pueblo mexicano por el atentado fue grande, y el 17 de noviembre “el comercio de nuestra capital cerró durante 5 horas como protesta por este incalificable atentado”.






El furor que despertó el sacrílego intento fue tremendo, los católicos pedían a gritos justicia, pero el procurador Eduardo Neri declaró -con enorme cinismo e hipocresía- que “el acto en sí mismo no favorece más que al elemento clerical: ya políticamente porque éste aparece desempeñando, como otras veces lo ha hecho, el papel de víctima para ganarse la conmiseración pública; ya religiosamente, porque se explota un nuevo milagro; ya pecuniariamente, porque han encontrado, y quién sabe si no provocado, los Caballeros de Colón adláteres, una nueva base para organizar romerías que de seguro les dejarán fuertes cantidades de dinero.
Estimo que todas las creencias religiosas merecen un respeto absoluto (¿de veras?), pero que es repugnante utilizarlas para fines innobles.”








El domingo 18 se organizó una manifestación por la A.C.J.M., se repartieron volantes, se pronunciaron discursos, y después de que una multitud que desbordaba de la Plaza de Armas echara vivas a la Virgen de Guadalupe, se cantó el Himno Nacional. La A.C.J.M. desplegó 14 estandartes tricolores con la imagen de la Morenita del Tepeyac e iniciaron una marcha hacia la avenida de San Francisco. Por allí se acercaban los bomberos, listos para dispersarlos con las mangueras, pero un grupo de automovilistas católicos bloquearon a los carros de bomberos, permitiendo así la manifestación. Posteriormente volvieron a la Catedral entre tañidos de campanas y se cantó un Te Deum en acción de gracias a Dios por haber preservado la imagen milagrosa.





 Fotografía tomada después del atentado 




La construcción del nuevo templo, hoy la basílica concluyó en 1976.

El atentado era el preludio de lo que años después sería la persecución religiosa en México. Poco tiempo antes, en 1917, se promulgó la nueva Constitución que desconocía diversos derechos de la Iglesia y ponía restricciones fuertes al culto público.

A la Iglesia le fueron expropiados los hospitales (y algún psiquiátrico), siendo que fue la creadora de ellos,  el uniforme de las enfermeras es copia del hábito de las monjas pues ellas eran las originales enfermeras, en algunas graduaciones de hoy día se usan las capas que las monjas usan.








A la Iglesia le fueron expropiadas las escuelas siendo que fue la creadora de las universidades y después logró la educación pública (gratuita)  a través de  San Juan Bautista de la Salle.





Luego en 1926 se promulgó la “Ley Calles”, que prohibía las congregaciones religiosas y hasta que los sacerdotes usaran sotana. Este fue el detonante de la Guerra Cristera o Cristiada.










El evento se recordaba de vez en cuando pero volvió a reavivar cuando un evento inesperado aconteció.

Años después, el 17 de julio de 1928, Obregón salió a comer al Restaurante “La Bombilla” en San Ángel.


En ese momento estaba a unos pasos José de León Toral. Se trataba de un dibujante que pertenecía a la ACJM y a la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa.


Toral, se levantó de donde estaba y le disparó al presidente seis veces cayendo este fulminado y muriendo al instante.


Fue uno de los sucesos que marcó la historia de México. Pero también se recordó aquel día en que se acusó a Obregón por el atentado de 1921.



 JOSÉ DE LEÓN TORAL EJECUTOR  DEL PRESIDENTE OBREGÓN

















ANTIGUA BASÍLICA DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE















EL PRIMER HOSPITAL DE AMÉRICA Y TUMBA DE CORTÉS





 Hernán cortés fundo el primer hospital por iniciativa de Fray Bartolomé Olmedo, al terminar la conquista.

















UNA DE LAS SALAS DEL HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS CON EL SANTUARIO AL FRENTE, 
A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX.






























































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