Norma McCorvey
Para lograr la legalización del aborto en los Estados Unidos a
principios de los 70´s las abogadas feministas Sarah Weddington y Linda Coffee,
se valieron de Norma McCorvey a quien a base de presiones lograron que
declarara ante la corte de justicia que había sido violada por una pandilla y
estaba embarazada., lo cual era mentira.
LAS ABOGADAS FEMINISTAS SARAH WEDDINGTON Y LINDA COFFEE
Esto
se conoce como el caso
«Roe vs. Wade»
«Roe vs. Wade»
El caso Roe contra Wade, es el nombre
de la sentencia judicial dictada el 22 de enero de 1973 por el Tribunal Supremo
estadounidense, en la cual se legalizo el aborto en Estados Unidos.
Justo ahora cuando se está hablando de revisar en el Supremo la
sentencia Roe vs. Wade, muere de un paro
cardiaco este sábado 18 de febrero Norma McCorvey ???
Falleció a los 69 años en un centro de asistencia para adultos
mayores en Katy, Texas.
Norma McCorvey, conocida por el pseudónimo “Jane Roe” fue la
demandante que en 1970 con 26 años habilitó el aborto legal en el Estado de
Texas, el cual estaba prohibido.
Se litigó varias veces hasta que finalmente el caso llegó a la
Corte Suprema, la cual legalizó el aborto en los 50 estados de Estados Unidos
el 22 de enero de 1973.
¡!!Sobreviví a «Roe vs. Wade»¡¡¡
Desde entonces, se han cometido
alrededor de 50 millones de abortos en el país.
Soy Norma McCorvey, la antigua Jane Roe del caso Roe vs.
Wade, la decisión que llevó
a"legalizar" el asesinato de
los niños de América. Fui persuadida por las abogadas feministas a mentir; a
decir que fui violada, y necesitaba un aborto. Todo fue una mentira.
Citas
de Norma McCorvey
No dije mi verdadero nombre para que este no se involucrara en
el caso.
No fui a la Corte Suprema en nombre de una clase de mujeres.
Yo no quería ejercer ninguna solución legal a un embarazo no
deseado.
Yo no fui a los tribunales federales por un alivio. Fui a Sarah
Weddington preguntándole si ella sabía cómo podía obtener un aborto. Ella y
Linda Coffey dijeron que no sabían dónde conseguir uno. Me mintieron al igual
que les mentí. Sarah ya había tenido un aborto. Ella sabía dónde conseguir uno.
Sarah y Linda estaban buscando a alguien, cualquiera que fuera, para promover
su propia agenda. Yo era su víctima dispuesta Para esto, y siempre estaré
avergonzada.
Pero Sarah Weddingtonhad nunca me dijo que lo que estaba firmando
permitiría a las mujeres prácticar abortos como una forma de control de
natalidad. Hablamos de las mujeres verdaderamente desesperadas y necesitadas,
no de las mujeres vistiendo ropa de maternidad.
En un anuncio de
televisión contra el aborto difundido a principios de esa década, McCorvey dijo:
"El
aborto ha matado a 50 millones de bebés inocentes solo en Estados Unidos desde
1973. El aborto deja cicatrices en un número incalculable de madres, padres y
familias también".
Lamento profundamente el daño que ha causado mi caso a las
mujeres. Quiero que la Suprema corte examine las evidencias y tenga un espíritu
de justicia para las mujeres y los niños.
Mi caso fue decidido por error, y ha causado un gran daño a las
mujeres y niños de nuestra nación.
No asistí a ninguno de los procedimientos judiciales.
En lugar de ayudar a las mujeres, el caso Roe v. Wade, me trajo
la destrucción a mí y a millones de mujeres.
Creo que es seguro decir que toda la industria del aborto se
basa en una mentira ....
«Voy a pasar el resto de mi vida deshaciendo la ley que lleva mi
nombre». 1998
«Ahora soy 100 % provida. No creo en el aborto ni siquiera en
casos extremos».
Mi caso, el cual legalizó el aborto, fue el error más grande de
mi vida.
Yo era la Jane Roe de Roe vs. Wade, pero esa Jane Roe ha sido
enterrada.
"Soy una mujer sencilla con una educación de noveno grado
que quiere que las mujeres no sean acosadas o condenadas", dijo al diario The New York Times en 1994.
Solo estudió hasta
9º grado (15 años). En 1969, a los 22 años, estaba soltera, desempleada y embarazada por tercera vez. Su madre tenía
la custodia de su hija Melissa, y su anterior pareja tenía la custodia de su
segunda niña.
Quería abortar, algo
que entonces era ilegal en Texas salvo en el supuesto de riesgo para la vida de
la madre.
Le recomendaron que
consultara con dos abogadas, Linda Coffee y Sarah Weddington.
LA ABOGADA FEMINISTA SARAH WEDDINGTON
McCorvey primero
presentó el caso en 1970. En ese entonces, estaba embarazada de su tercer hijo
y fue presionada a declarar que había
sido violada. Pero el caso fue rechazado y se vio obligada a dar a luz.
La subsecuente
demanda, conocida como Roe vs. Wade, derivó en el fallo de la Corte Suprema en
1973 que estableció el derecho al aborto, aunque para ese momento McCorvey ya
había dado a luz y entregado a su hija en adopción.
McCorvey, quien
tenía 22 años cuando su caso llego al Supremo, pasó casi toda su vida en el
centro del debate sobre el aborto en Estados Unidos, primero como icono y
activista de los derechos reproductivos y, a partir de 1995, como férrea
opositora al aborto tras bautizarse como católica.
Relató su conversión
evangélica y su postura contra el aborto en el libro de 1998 "Won by
Love", que termina con la feliz participación de McCorvey en Operación
Rescate.
Pero para agosto de
ese mismo año, había cambiado de religión al catolicismo.
En el año 2007,
explicó en una entrevista concedida al semanario Alba que todavía seguía “sufriendo la
manipulación de las feministas que la usaron en 1973” y que si las mujeres conocieran la verdadera cara del aborto,
“jamás considerarían someterse a él”.
Una una vez que ella
se convirtió en cristiana católica, esto la impulsó a dejar el lesbianismo, a
su amante, Connie Gonzalez, .consideró que la homosexualidad era algo
incorrecto.
McCorvey reveló su
nombre real en los años 80 y aclaró que ella no había sido violada como había
denunciado en un principio.
Ella lo había dicho
sólo para obtener permiso para un aborto y acelerar su caso.
Arrepentida Norma
McCorvey reconoció que parte de su declaración no era verdad y denunció haber
sido utilizada como un "peón" de dos ambiciosas y jóvenes abogadas
(Sarah Weddington y Linda Coffee) quienes buscaban una demandante que lograra
cambiar la legislación que prohibía el aborto en el Estado de Texas.
En diversas
entrevistas y declaraciones públicas a lo largo de estos años, McCorvey ha
admitido que nunca tuvo un aborto y que el embarazo no había sido producto de
una violación, sino que el padre de su hijo -que fue dado en adopción-, era
alguien a quien conocía y quería.
En los últimos años,
McCorvey se convirtió en miembro del movimiento pro-vida estadounidense y luchó
por defender el derecho a la vida de los no nacidos.
“Ahora estoy dedicada a la difusión de la verdad sobre la
preservación de la dignidad de toda vida humana desde la concepción natural
hasta la muerte natural”.
En junio del 2003
presentó en Dallas una demanda para que se revierta el fallo alegando que,
además de basarse en una farsa, hay abundante evidencia científica y
testimonios que comprueban que el aborto daña a las mujeres, pero la demanda
fue denegada. Dos años más tarde volvió a presentar el pedido, pero sin éxito.
Norma McCorvey encontró la sanación y
la paz final en la Iglesia católica.
26 de
abril de 1989, Norma McCorvey y su abogada Gloria Allred, a la derecha,
sostienen sus manos en alto mientras se retiran de la Corte Suprema en
Washington, donde escucharon los argumentos en un caso sobre aborto de
Missouri.
EL
PODER DE LA MENTIRA
Escrito por Mario Arroyo.
DAVID REIMER
El
mundo se preocupa poco por la verdad y tiene poca capacidad de reacción ante la
mentira, como el caso Roe vs Wade, que introdujo el aborto en EU y el mundo.
Vivimos
en un mundo que se preocupa escasamente por la verdad y tiene poca capacidad de
reacción frente a la mentira. Nos gusta vivir de mentiras amables, en vez de
afrontar las duras, difíciles y dolorosas consecuencias que pudiese tener la
verdad. La mentira nos sirve de excusa para satisfacer nuestros caprichos, y
una mentira bien urdida tiene apariencia de verdad.
Los
ardides inventados por nuestro deseo aparecen como exigencias de la “verdad”.
Eso nos mueve a modificar la realidad, pero una vez descubierta la superchería,
el engaño, ya no hay voluntad ni capacidad de rectificar. Nos entregamos
totalmente al error, prefiriendo mirar a otro lado. La complicidad es
manifiesta. Algunos ejemplos del doloroso poder de la mentira en nuestro mundo,
es decir, de mentiras que tuvieron éxito en su momento, modificaron la
realidad, pero una vez descubierto el error, ya no hubo voluntad de volver
sobre los propios pasos.
Quizá
el más doloroso, por sus funestas consecuencias, sea la mentira que está en la
raíz del caso Roe vs Wade, cuya sentencia abrió la puerta al aborto en Estados
Unidos, y de allí, cual moda maldita, se extendió a casi todo el mundo. “Roe”
(Norma L. McCorvey) dijo que fue violada y obligada a dar a luz. Ganó el caso y
ello ocasionó que, por vía judicial, se permitiera el aborto en Estados Unidos.
Pero en realidad Roe no fue violada, de hecho fue utilizada, como ella misma
reconoció tardíamente por el lobby abortista. Cuando rectificó su error, y pasó
a engrosar la causa provida, nadie mostró interés en escuchar su historia, o si
lo hacían, ninguno pensó que podía declararse inválida una sentencia emitida
sobre la base de un engaño.
Otro
ejemplo del poder de la mentira ha sido la “normalización” de la situación
homosexual. Llegar a una situación donde la sociedad considera el ser homosexual
o heterosexual equivalente a elegir entre el helado de fresa o el de chocolate,
es decir, una elección banal, objeto exclusivo de la libertad de los
individuos, ha requerido una intrincada red de mentiras, algunas de las cuales
han salido a la luz.
Primero
era preciso hacer ver que las personas homosexuales son mucho más numerosas de
lo que se pensaba. El responsable de difundir tal mito fue el informe Kinsey
(1948), donde se afirmaba que aproximadamente el 10 % de las personas lo son.
Con el tiempo salió a la luz que los datos de la encuesta no habían sido
tomados aleatoriamente, sino más bien en grupos de fuerte presencia gay. En
cambio, estudios serios realizados por el departamento de salud norteamericano
(National Epidemiologic Survey) señalaban que en el 2005 sólo representaban el
1.4 % de la población estadounidense. En 2016, en Gran Bretaña, país
marcadamente liberal y “gay friendly” constituían sólo el 1.3 %.
Sobre
el mismo tema, el responsable de eliminar a la homosexualidad del Manual de
Enfermedades Psiquiátricas de la APA (Asociación Psiquiátrica Americana), el
Dr. Spitzer, reconoció su error, pues nunca se ha hecho ciencia con base en la
democracia (lo que nos parece bien a todos), sino sobre la evidencia empírica,
y no hubo una investigación seria que motivara a eliminar la homosexualidad de
los trastornos psiquiátricos. Más tarde publicó un estudio donde documentaba
200 casos de personas que había tratado de homosexualidad y volvían a ser
heterosexuales. Nuevamente silencio, a nadie le importó.
Pionero
en la ideología de género (señalar que las diferencias entre mujer y hombre son
sólo los órganos genitales, siendo todo lo demás una construcción cultural) fue
el doctor Money, quien realizó la operación que cambió de sexo a Bruce, un bebé
que pasó a llamarse Brenda y a ser “educada” como tal. Pero “ella” no se
encontró nunca contenta con su nueva situación. Cuando en su adolescencia se le
reveló la verdad, volvió a ser operado y recibir hormonas para ser David. Sin
embargo, el daño que sufrió su psique fue demasiado fuerte y terminó
suicidándose. Alevosamente se ocultó el
fracaso del triste experimento, presentándose, por el contrario, como un gran
éxito.
Esta
falsa prueba “demostraba” la ideología de género y “justificaba” la operación
de cambio de sexo. Intervención que en algunos lugares es gratuita, pudiendo
acceder a ella un menor de edad, incluso sin el consentimiento de los padres.
Que estas personas sean 20 veces más propensas al suicidio, y que los niños con
confusión de identidad sexual la regularicen al final de la adolescencia (88 %
en las niñas, 98 % en los niños), no importa. La mentira puede más.
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