Oración ante un Crucifijo después de comulgar
Miradme
¡Oh, mi amado y buen Jesús!, Postrado ante vuestra divina presencia, Os ruego
con el mayor fervor, Que imprimáis en mi corazón, Vivos sentimientos de fe,
esperanza y caridad, Verdadero dolor de mis pecados, Y propósito firmísimo de enmendarme, Mientras que yo, Con todo el
amor y compasión de mi alma, voy considerando vuestras cinco llagas, Teniendo
presente aquello que, Dijo de Vos, el santo profeta David: «Han taladrado mis
manos y mis pies y se pueden contár mis huesos» (Salmo 21:17 - 18)
Padrenuestro, Ave María y Gloria al Padre por las
intenciones del Papa.
Indulgencia plenaria cuando se reza después de la
santa comunión. (S paen Ap 2 de Feb 1934)
ORACIÓN QUE REZABA EL PAPA JUAN PABLO II DESPUÉS DE COMULGAR
Anima Christi / Alma de Cristo
Alma
de Cristo, santifícame.
Cuerpo
de Cristo, sálvame.
Sangre
de Cristo, embriágame.
Agua
del costado de Cristo, lávame.
Pasión
de Cristo, confórtame.
¡Oh,
buen Jesús!, óyeme.
Dentro
de tus llagas, escóndeme.
No
permitas que me aparte de Ti.
Del
maligno enemigo, defiéndeme.
En la
hora de mi muerte, llámame.
Y
mándame ir a Ti.
Para
que con tus santos te alabe.
Por
los siglos de los siglos. Amén.
- San
Ignacio de Loyola
Indulgencia de 300 días cada vez. Indulgencia De 7
años si se reza después de la comunión.
Oración después de la sagrada Comunión
Escrita por el Santo Padre Pío
Quédate conmigo, Señor, porque es
necesario tenerte presente para que Yo no te pueda olvidar.
Tú sabes que tan fácilmente te
abandono.
Quédate conmigo, Señor, porque Yo
soy débil y necesito de tu fortaleza, para que no caiga tan frecuentemente.
Quédate conmigo, Señor, porque tú
eres mi vida
Y sin Ti Yo estoy sin fervor.
Quédate conmigo, Señor, porque tú
eres mi luz
y sin ti yo estoy en la
oscuridad.
Quédate conmigo, Señor, para
mostrarme tu voluntad.
Quédate conmigo, Señor, para que
Yo pueda
Escuchar tu voz y seguirte.
Quédate conmigo, Señor, porque Yo
deseo amarte mucho
y siempre estar en tu compañía.
Quédate conmigo, Señor, si tú
deseas que Yo sea fiel a ti.
Quédate conmigo, Señor, pobre
como mi alma es, Yo deseo que sea un lugar de consolación para Ti, un nido de
amor.
Quédate conmigo, Señor, porque se
hace tarde y el día se está terminando, y la vida pasa. La muerte, el juicio y
la eternidad se acercan. Es necesario renovar mi fortaleza, para que Yo
no pare en el camino y por eso Yo
te necesito.
Se está haciendo tarde y la muerte
se aproxima, tengo miedo de la oscuridad, las tentaciones, la aridez, la cruz,
los sufrimientos.
¡Oh! como te necesito, mi Jesús,
en esta noche de exilio.
Quédate conmigo, esta noche,
Jesús,
en la vida con todos los
peligros, Yo te necesito.
Déjame reconocerte como lo
hicieron tus discípulos en la partición del pan, para que la Comunión
Eucarística sea la luz que dispersa la oscuridad, la fuerza que me sostiene, el
único gozo de mi corazón.
Quédate conmigo, Señor, porque a
la hora de mi muerte, Yo quiero permanecer unido contigo, sino por la Comunión,
Por lo menos por la gracia y el
amor.
Quédate conmigo, Señor, porque
solamente eres tú a quien Yo busco, tu amor, tu gracia, tu voluntad, tu
corazón,
tu espíritu, porque Yo te amo
y te pido no otra recompensa que
amarte más y más.
Con un amor firme, Yo te amaré
con todo mi corazón
mientras aquí en la tierra y
continuaré amándote perfectamente durante toda la eternidad. Amén
(San
Pío de Pietrelcina. Capuchino, Místico, primer y único Sacerdote estigmatizado
(Que tiene las llagas físicas de Nuestro Señor Jesucristo).
Acción de Gracias
Acto de Fe
¡Señor mío Jesucristo!, creo que
verdaderamente estás dentro de mí con tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, y lo
creo más firmemente que si lo viese con mis propios ojos.
Acto de Adoración
¡Oh
Jesús mío!, te adoro presente dentro de mí, y me uno a María Santísima, a los
Ángeles y a los Santos para adorarte como mereces.
Acto de Acción de Gracias
Te doy gracias, Jesús mío, de todo corazón, porque
has venido a mi alma. Virgen Santísima, Ángel de mi guarda, Ángeles y Santos
del Cielo, dad por mi gracias a Dios.
A Jesucristo
Dulcísimo
Señor Jesucristo, te ruego que tu Pasión sea virtud que me fortalezca, proteja
y defienda; que tus llagas sean comida y bebida que me alimente, calme mi sed y
me conforte; que la aspersión de tu sangre lave todos mis delitos; que tu
muerte me dé la vida eterna y tu cruz sea mi gloria sempiterna. Que en esto
encuentre el alimento, la alegría, la salud y la dulzura de mi corazón. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
A la Santísima Virgen
Oh
María, Virgen y Madre Santísima, he recibido a tu Hijo amadísimo, que
concebiste en tus inmaculadas entrañas, criándolo y alimentándolo con tu pecho,
y lo abrazaste amorosamente en tus brazos. Al mismo que te alegraba contemplar
y te llenaba de gozo, con amor y humildad te lo presento y te lo ofrezco, para
que lo abraces, lo ames con tu corazón y lo ofrezcas a la Santísima Trinidad en
culto supremo de adoración, por tu honor y por tu gloria, y por mis necesidades
y por las de todo el mundo. Te ruego, piadosísima Madre, que me alcances el
perdón de mis pecados y gracia abundante para servirte, desde ahora, con mayor
fidelidad; y por último, la gracia de la perseverancia final, para que pueda
alabarle contigo por los siglos de los siglos. Amén.
A San
José
Custodio
y padre de vírgenes, San José, a cuya fiel custodia fueron encomendadas la
misma inocencia, Cristo Jesús, y la Virgen de las vírgenes, María. Por estas
dos queridísimas prendas, Jesús y María, te ruego y te suplico me alcances que,
preservado de toda impureza, sirva siempre con alma limpia, corazón puro y
cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.
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