En todo el mundo a la Iglesia le fueron expropiados los hospitales, hospitales psiquiátricos, siendo que fue la creadora de ellos, el uniforme de las enfermeras es copia del hábito de las monjas pues ellas eran las originales enfermeras, en algunas graduaciones de hoy día se usan las capas que las monjas usan.
A la Iglesia le fueron expropiadas las escuelas siendo que fue la creadora de las universidades y después logró la educación pública (gratuita) a través de San Juan Bautista de la Salle.
Luego
en 1926 se promulgó en México la “Ley Calles”, que prohibía las congregaciones
religiosas y hasta que los sacerdotes usaran sotana. Este fue el detonante de
la Guerra Cristera o Cristiada.
La Iglesia
Católica creo las Universidades, los hospitales, los psiquiátricos, el derecho
internacional, las ciencias y principios jurídicos fundamentales...
CÓMO LA IGLESIA CATÓLICA CONSTRUYÓ LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL EINVENTÓ LAS UNIVERSIDADES
LA
IGLESIA CATÓLICA INVENTÓ Y FUNDÓ LAS PRIMERAS
UNIVERSIDADES DEL MUNDO PERO LOS MASONES,
ATEOS, HEREJES, PROTESTANTES E IGNORANTES HAN LLAMADO MAL INTENCIONANDAMENTE "OSCURANTISMO"
AL FLORECIMIENTO DE LA IGLESIA Y DEL MUNDO, Y LE HAN DESPOJADO DE SUS DERECHOS,
APLICANDO SUS LEYES MARXISTAS, COMUNISTAS, DE IZQUIERDA.
Discurso del Beato Anacleto González Flores,
Mártir mexicano de Cristo Rey.
Mártir mexicano de Cristo Rey.
Muchos
católicos desconocen la gravedad del momento y sobre todo las causas del
desastre, ignoran cómo los tres grandes enemigos, el Protestantismo, la Masonería
y la Revolución, trabajan de manera incansable y con un programa de acción
alarmante y bien organizado.
Estos
tres enemigos están venciendo al Catolicismo en todos los frentes, a todas
horas y en todas las formas posibles. Combaten en las calles, en las plazas, en
la prensa, en los talleres, en las fábricas, en los hogares. Trátase de una
batalla generalizada, tienen desenvainada su espada y desplegados sus
batallones en todas partes. Esto es un hecho. Cristo no reina en la vía
pública, en las escuelas, en el parlamento, en los libros, en las
universidades, en la vida pública y social de la Patria. Quien reina allí es el
demonio. En todos aquellos ambientes se respira el hálito de Satanás.
Foto: Don Francisco Vera,
anciano sacerdote franciscano,Párroco de la parroquia de la Sangre y Cuerpo de Cristo, en la ciudad de Jalostotitlán, Jalisco, fusilado por celebrar la Santa Misa
en 1927 durante la presidencia del izquierdista fundador del PRI: Plutarco
Elías Calles (masón, ateo, anticristiano)
Y
nosotros, ¿qué hacemos? Nos hemos contentado con rezar, ir a la iglesia,
practicar algunos actos de piedad, como si ello bastase «para contrarrestar
toda la inmensa conjuración de los enemigos de Dios». Les hemos dejado a ellos
todo lo demás, la calle, la prensa, la cátedra en los diversos niveles de la
enseñanza.
En
ninguno de esos lugares han encontrado una oposición seria. Y si algunas veces
hemos actuado, lo hemos hecho tan pobremente, tan raquíticamente, que puede
decirse que no hemos combatido. Hemos cantado en las iglesias pero no le hemos
cantado a Dios en la escuela, en la plaza, en el parlamento, arrinconando a
Cristo por miedo al ambiente.
Reducir
el Catolicismo a plegaria secreta, a queja medrosa, a temblor y espanto ante
los poderes públicos «cuando éstos matan el alma nacional y atasajan en plena
vía la Patria, no es solamente cobardía y desorientación disculpable, es un
crimen histórico religioso, público y social, que merece todas las
execraciones».
....
Las almas sufren de empequeñecimiento y de anemia espiritual. Nos hemos
convertido en mendigos, afirma, renunciando a ser dueños de nuestros destinos.
Se nos ha desalojado de todas partes, y todo lo hemos abandonado.
Hasta
ahora casi todos los católicos no hemos hecho otra cosa que pedirle a Dios que
Él haga, que Él obre, que Él realice, que haga algo o todo por la suerte de la
Iglesia en nuestra Patria. Y por eso nos hemos limitado a rezar, esperando que
Dios obre. Y todo ello bajo la máscara de una presunta «prudencia». Necesitamos
la imprudencia de la osadía cristiana.
Los
católicos de México, han vivido aislados, sin solidaridad, sin cohesión firme y
estable. Ello alienta al enemigo al punto de que hasta el más infeliz policía
se cree autorizado para abofetear a un católico, sabiendo que los demás se
encogerán de hombros. Más aún, no son pocos los católicos que se atreven a
llamar imprudente al que sabe afirmar sus derechos en presencia de sus
perseguidores. Es necesario que esta situación de aislamiento, de alejamiento,
de dispersión nacional, termine de una vez por todas, y que a la mayor brevedad
se piense ya de una manera seria en que seamos todos los católicos de nuestra
Patria no un montón de partículas sin unión, sino un cuerpo inmenso que tenga
un solo programa, una sola cabeza, un solo pensamiento, una sola bandera de
organización para hacerles frente a los perseguidores.
BEATOS ANACLETO GONZÁLEZ Y COMPAÑEROS,
MÁRTIRES MEXICANOS
El 20 de noviembre de 2005, en el Estadio Jalisco, de la ciudad de
Guadalajara, fueron Beatificados trece mártires que murieron durante varios
momentos de la persecución religiosa en México.
La mayoría de ellos son
laicos, casi todos jóvenes en la flor de la edad. Algunos casados y con hijos,
estudiantes y profesionistas. Hay tres sacerdotes, uno nacido en España. Hay
también adolescentes. Todos ellos murieron fieles a su conciencia, su fe y su
bautismo.
Con decisión derramaron su
sangre por Cristo Rey y Santa María de Guadalupe. Gracias a ellos, y a otros
hombres ya canonizados y a otros muchos desconocidos, pero no menos héroes por
ello, en la Patria Mexicana los fieles católicos pueden expresar libremente su
fe.
Mártires
Cristeros:
23 de noviembre
Conmemoración del fusilamiento de
Luis Segura Vilches y del Beato padre Miguel Agustín Pro
23 de noviembre
Conmemoración del fusilamiento de
Luis Segura Vilches y del Beato padre Miguel Agustín Pro
Luis Segura Vilches a camino del paredón de
fusilamiento
"¡Viva
Cristo, Rey!". Tal era el grito que en los años 20 abría las puertas del
Cielo y de la gloria eterna a muchos de los mártires durante la resistencia
católica en México.
Hace 91
años era fusilado el católico ejemplar Luis Segura Vilches bajo el gobierno del
dictador y perseguidor de la Iglesia Católica, Alvaro Obregón
“¡Viva
Cristo, Rey!”. Tal era el grito que en los años 20 abría las puertas del Cielo
y de la gloria eterna a muchos de los mártires durante la resistencia católica
en México.
Fusilamiento de Luis Segura Vilches,
a su izquierda se aprecia en el suelo, el cuerpo sin vida del Beato padre
Miguel Agustín Pro, fusilado también ese mismo día 23 de noviembre de 1927.
Los
mártires Cristeros [1], que participaron heroicamente de tal resistencia,
gritaban “¡Viva Cristo, Rey!” al ser fusilados por el régimen comunista, contra
el cual luchaban: un régimen tiránico, que cerró las iglesias, persiguió a la
Religión católica y sembró la desgracia sobre la Nación amada por la Virgen de
Guadalupe.
Luis
Segura Vilches ‒el joven que aparece en las dos fotografías‒ no fue sometido a
un juicio.
Sin
ningún aviso previo, fue retirado de la cárcel para enfrentarse al pelotón de
fusilamiento. Este joven también dio aquel glorioso grito, cuando fue alcanzado
por los tiros de sus ejecutores. Contra él había sido lanzada la acusación de
conspirar contra la vida del impío dictador Obregón.
En la
primera fotografía, vemos al prisionero caminando hacia el lugar de su
ejecución, acompañado por un siniestro funcionario del régimen mexicano.
Está
sereno como si atravesara la nave de una iglesia después de recibir la Santa
Comunión, que le proporcionaba la íntima convivencia eucarística con el Dios
por quien, dentro de unos instantes, habría de morir.
Puro,
varonil, noblemente señor de sí, bien vestido, distinguido y visiblemente
dotado de buena educación, este héroe puede legítimamente ser considerado un
modelo de joven católico: serio, generoso, lleno de fe y de coraje.
Tranquilo
camina hacia la muerte el joven Luis Segura Vilches. El dominio de sí
impresionó a los testigos, e incluso llegó a conmover al comandante y a los
soldados del pelotón de fusilamiento.
¡Cómo
le habría sido fácil emplear sus muchas cualidades de forma egoísta,
construyendo para sí un estilo de vida cómodo, mediante una bella carrera!
Bastaba
colaborar con el régimen ateo, igualitario y marxista que sofocaba su patria o,
al menos, no oponerse a él.
Sin
embargo, su conciencia de católico rechazaba enérgicamente ese camino.
Luis
Segura se vinculó al movimiento Cristero y, gracias a su vigorosa personalidad,
a su fervor e inteligencia, pronto se convirtió en uno de sus propulsores.
Fusilamiento
de Luis Segura Vilches
Testigos
afirmaron que el joven mártir sólo fue informado de su inminente ejecución
cuando estaba siendo retirado de su celda.
“Estoy
listo”, respondió a sus asesinos que lo enviarían al Cielo.
Segura
tuvo que pasar cerca del cadáver todavía caliente del célebre Padre Pro. En la
primera fotografía, él está mirando un punto a su derecha, donde yacía el
cuerpo del famoso sacerdote jesuita, ejecutado minutos antes.
Enfrentando
Segura esa situación, no se nota en sus facciones ni siquiera la menor
crispación. Él no da el menor indicio de pánico o desaliento. Su expresión
fisonómica permanece inmutable mientras contempla la dura realidad tan
cruelmente presentada a sus ojos.
Él será
la próxima víctima de la revolución comunista; y comentaristas de la época
confirman que no se observó ninguna alteración en su plácido semblante.
Tal
dominio de sí sólo puede resultar de una gracia extraordinaria para enfrentar
el martirio y una especial fuerza espiritual. Su alma era fuerte, porque se
preparó mediante largos sufrimientos anteriores. A través de ardua reflexión y
meditación, él encaró lo más trágico que le podría suceder.
¡Segundos
después -¡y con qué seguridad!- él entraba en otro Cielo, del que el nuestro es
sólo un símbolo.
¡Qué
gloria la suya, al ser llevado por los Ángeles ante el Trono excelso de Dios
para el verdadero encuentro con Cristo Rey -por quien acababa de ofrecer la
vida terrena-, y con María Santísima, que sonrió dulcemente para ese heroico
hijo!
En
posición erguida, mirando hacia el cielo, el 23-11-1927, Segura se enfrentó con
fe y confianza de mártir a las balas asesinas.
Doctor Plinio Corrêa de Oliveira
[1] Cristeros: Así eran llamados los católicos mexicanos que, en
los años 20, se alzaron en armas contra las persecuciones comunistas de
Plutarco Elías Calles y Alvaro Obregón. Muchos católicos fueron entonces
martirizados, pronunciando en el último momento el grito “Viva Cristo Rey”.
Galería fotográfica del asesinato del sacerdote y mártir mexicano
de Cristo Rey: Beato Miguel Agustín Pro
Aquel 23 de noviembre de 1927, periodistas y fotógrafos fueron
invitados para presenciar el asesinato del beato Miguel Agustín Pro, perpetrado
por el presidente Calles. No sabía
que con esa amable invitación nos dejaría el testimonio elocuente, que no
necesita de palabras, de la entereza y fidelidad con que el Padre Pro recibió
la gracia del martirio.
...
A la puerta del fatídico sótano, y minutos después de la diez de la
mañana, un policía llamo a gritos al preso: "¡Miguel Agustín Pro!"
Salió el padre y pudo ver el patio lleno de ropa y de invitados como a un
espectáculo de toros, a multitud de gente, a unos seis fotógrafos por lo menos
y a varios miembros del Cuerpo Diplomático "para que se enteraran de cómo
el gobierno castigaba la rebeldía de los católicos".
El padre Pro caminó sereno y tuvo tiempo de oír a uno de sus
aprehensores, que le susurraba:
-Padre, perdóneme.
-No sólo te perdono -le respondió-;
te doy las gracias.
-¿Su última voluntad? -le preguntaron ya
delante del pelotón de fusilamiento.
-Que me dejen rezar.
Se hincó delante de todos y, con los brazos cruzados, estuvo unos
momentos ofreciendo sin duda su vida por México, por el cese de la persecución,
y reiterando el ofrecimiento de su vida por Calles, como ya lo solía hacer
antes... Se levantó, abrió los brazos en cruz, pronunció claramente,.- ¡Viva
Cristo Rey! y cayó al suelo para recibir luego el tiro de gracia.
Sacerdote y Mártir
En la ciudad de Guadalupe, en el territorio de Zacatecas, en
México, beato Miguel Agustín Pro, presbítero de la Orden de la Compañía de
Jesús y mártir, quien, en la cruel persecución contra la Iglesia, como si fuera
un facineroso fue condenado sin juicio a la pena capital, y así alcanzó el
martirio que tan ardientemente deseaba († 1927)
Fecha de beatificación: 25 de septiembre de
1988 por el Papa Juan Pablo II
Muerte de Plutarco
Elías Calles, masón dictador y perseguidor de la Iglesia Católica
Calles
se dedicaba de vez en cuando a jugar golf, su deporte favorito; además se
dedicaba a asistir, desde mediados de 1941 hasta su muerte en 1945, una vez por
semana, a las sesiones espiritistas que Rafael Álvarez presidía desde 1939 en
el Instituto Mexicano de Investigaciones Síquicas. A éstas asistían también
políticos como Gilberto Valenzuela, Juan Andreu Almazán, Ezequiel Padilla y
Miguel Alemán Valdés. Calles invocaba a los espíritus de Enrique del Castillo y
de Rubén Darío.
“A
finales del mes de septiembre, su médico de cabecera decidió prepararlo para
otra intervención quirúrgica; donde le inyectaban más de dos millones y medio
de unidades de penicilina.
Una
semana después de su operación, Calles presentó inesperadamente una hemorragia
masiva, atribuida a una lesión de la arteria mesentérica. Francisco Plutarco
Elías Calles Campuzano falleció el 19 de octubre de 1945 a las 14:40 horas. Los
principales diarios nacionales de la época relatan que ese día y justo a esa
hora se notó, sobrevolando la Ciudad de México, la más grande parvada de
buitres ("zopilotes") que se había visto en muchos años en la ciudad.
Muchos atribuyeron este hecho ominoso a las duras persecuciones religiosas que
había lanzado contra los católicos mexicanos.”
Detrás
de éste desafortunado hecho estaba el nombre de Álvaro Obregón, entonces
Presidente de la República y el dinamitero respondía al nombre de Juan M.
Esponda, empleado de la Secretaría Particular de la Presidencia.
Se
supo, también, que los obreros que habían protegido en el primer momento al
sacrílego dinamitero no eran sino soldados disfrazados. Se supo en fin, que el
presidente Obregón había preguntando repetidas veces a los empleados de su
Secretaría Particular si no habría algún valiente que se animara a destruir la
imagen guadalupana. El P. Jesús García Gutiérrez consigna también que hubo
varias personas que oyeron decir a Obregón en un discurso -la primera vez que
vino a México-, que no descansaría hasta limpiar a su caballo con el ayate de
Juan Diego.
SACERDOTE GUMERSINDO SEDANO Y PLACENCIA
El
Pbro. Gumersindo Sedano y Placencia, párroco de La Punta, población del estado
de Jalisco perteneciente a la Diócesis de Colima, iba a hacerse cargo de una
Capellanía Castrense en las fuerzas Cristeras del General Dionisio Eduardo
Ochoa que operaban en Colima, yendo acompañado de los demás jóvenes que luego
morirían con él, quienes marchaban a unirse con los Libertadores. Delatado por
una pordiosera fue encarcelado, y en la prisión respondió al jefe de los
verdugos que le ordenaba se callara y le llamó bellaco:
“¿Callar?…Mientras
tenga un átomo de vida no dejaré de gritar. ¡VIVA CRISTO REY!… Los católicos no
somos bellacos: usted mismo lo sabe. Si mis compañeros de prisión no hicieron
fuego al ser arrestados, fue porque no tenían armas; dénselas a estos Cruzados
y veréis si son bellacos o héroes. Vosotros sóis bellacos y cobardes. Podéis
matarme como queráis. ¡VIVA CRISTO REY!”.
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